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Miércoles 30 de Enero del 2019
La ingeniera paraguaya que es guardameta de la selección de handball y hace un máster en España
Aracelli Yaryes hace dos másters en uno. Por las mañanas, acude a la Universitat Politècnica, donde cursa sus estudios postgrado. Sin casi tiempo para descansar, la mayoría de las tardes se entrena. La joven de veinticinco años que ha disputado dos Mundiales con la selección paraguaya.
La ingeniera paraguaya que es guardameta de la selección de handball y hace un máster en España
Aracelli Yaryes, natural de Asunción, se siente como en casa en Valencia. Tiene doble titulación que le permitiría trabajar en cualquier explotación agropecuaria. (Foto: Las Provincias).
Fuente: Las Provincias.
Su llegada a Valencia es consecuencia de los estudios. Tiene doble titulación que le permitiría trabajar en cualquier explotación agropecuaria: «Mi intención es hacerlo en explotaciones animales, en seleccionar a los que son destinados a reproducción. Mi familia tiene unos terrenos, me gusta el campo y ahí están las principales oportunidades laborales en mi país. Es la mayor parte del PIB en Paraguay». De cara al futuro, se plantea un proyecto junto a uno de sus hermanos que estudió veterinaria.

A sus veinticinco años, contempla esta opción como una alternativa demasiado lejana. «El balonmano es un deporte minoritario y ya no me lo tomo como cuando tenía veinte», reconoce Aracelli Yaryes, quien también se califica a sí misma como «un poco trotamundos». En 2014 hizo las maletas para jugar en Brasil y entre 2017 y 2018 cruzó el Atlántico para formar parte del Estense Ferrara, de la máxima categoría italiana. «Allí era todo mucho más profesional, entrenábamos todos los días y a veces en doble sesión. Pero no he notado demasiada diferencia con la Plata española», asegura la joven.

Aracelli Yaryes, natural de Asunción, se siente como en casa en Valencia. «Obviamente, allá tengo coche propio, pero esta es una ciudad limpia y bonita, y me muevo relativamente bien con el transporte público», comenta. También sale ganando Europa con respecto al deporte femenino, aunque puntualiza que quedan muchos pasos por dar: «Si aquí hay diferencias, en mi país aún debemos avanzar más».

Lo dice una mujer que probó el baloncesto, el tenis, o el fútbol antes de decantarse por el balonmano. «Un día faltó la portera y me puse por probar. El entrenador me dijo que ya no me moviera de ahí», indica. Lo cumplió en la cancha. Fuera de ella, no ha dejado de viajar. 
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