Wednesday, 15 de May de 2024 19:56
Domingo 18 de Agosto del 2019
Vendedor de chipa solventó los estudios de sus hijos para que puedan llegar a ser profesionales universitarios
Oriundo de la localidad Eusebio Ayala, Departamento de Cordillera, Marcelino Lezcano aprendió de chico los secretos de preparar esta comida típica con el sabor característico de su pueblo natal. Gracias a ese alimento, solventó los estudios de sus hijos para que puedan llegar a ser profesionales universitarios.
Marcelino Lezcano de 66 años, alias Cuestión, desde 1984 produce y vende chipa en el barrio San Francisco de la ciudad de Concepción. (Foto: Diario Última Hora).
Fuente: Diario Última Hora.
El Día Nacional de la Chipa no sólo es un recordatorio lírico, sino que sirve de sostén económico a muchas familias. Es el caso de Marcelino Lezcano de 66 años, alias cuestión, que desde 1984 produce y vende chipa en el barrio San Francisco de la ciudad de Concepción.
“Vine en el año 1984 a probar la venta de chipa, traje a mi familia y me quedé en esta ciudad donde crecieron mis tres hijos, que hoy en día, ya son profesionales universitarios”, relató Marcelino cuyo apodo, contó, se remonta a la época en que llegaba recién a Concepción: a todo respondía depende de la cuestión y así se ganó ese apodo que no le desagrada en absoluto.
Dijo estar orgulloso del oficio que abraza, porque le permitió criar y educar a sus hijos. Indicó que seguirá en su trabajo, mientras tenga las fuerzas. “Me levanto a las 1.30 preparo la chipa, a la mañanita antes de amanecer ya salgo en mi bicicleta a ofrecer, tengo muchos clientes”, lanzó Marcelino Lezcano.
“Vine en el año 1984 a probar la venta de chipa, traje a mi familia y me quedé en esta ciudad donde crecieron mis tres hijos, que hoy en día, ya son profesionales universitarios”, relató Marcelino cuyo apodo, contó, se remonta a la época en que llegaba recién a Concepción: a todo respondía depende de la cuestión y así se ganó ese apodo que no le desagrada en absoluto.
Dijo estar orgulloso del oficio que abraza, porque le permitió criar y educar a sus hijos. Indicó que seguirá en su trabajo, mientras tenga las fuerzas. “Me levanto a las 1.30 preparo la chipa, a la mañanita antes de amanecer ya salgo en mi bicicleta a ofrecer, tengo muchos clientes”, lanzó Marcelino Lezcano.
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