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Domingo 11 de Mayo del 2014
La presidente Dilma Rousseff reconoció que el alza de la inflación es un problema serio para Brasil
La presidente de Brasil, Dilma Rousseff reconoció los problemas causados por un alza en la inflación. Sin embargo, sostuvo que los precios estan bajo control y que no hay posibilidades de que Brasil sufra una crisis en 2015, como afirma la oposición.
La presidente Dilma Rousseff reconoció que el alza de la inflación es un problema serio para Brasil
Foto: Associated Press.
Fuente: Associated Press.
"Es absurda esta historia de decir que va a explotar todo en 2015. Es ridicula", dijo la mandataria en una cena con periodistas brasileñas. También agregó que "Brasil es un país solido, con estabilidad económica una industria sofisticada, muy atractiva para el capital internacional".

En los últimos doce meses, la inflación aumentó un 6,15%, muy cerca del límite aceptado por el Gobierno, que en 2006 puso como meta una tasa de inflación anual del 4,5% con un margén de dos puntos porcentuales para cada lado, informa América Economía.

Además, criticó la propuesta de ciertos miembros de la oposición de bajar la meta de inflación al 3%, lo que causaría un aumento del desempleo del 5% al 8,2%, según Rousseff, que sugirió continuar haciendo "inversiones sociales y en infraestructuras".

Brasil y el recuerdo de la hiperinflación

Brasil lucha en estos momentos en varios frentes: el social por la protestas, el económico por la desaceleración y el de la imagen internacional debido al Mundial de fútbol. Y uno de esos combates es contra la inflación, que en 2013 marcó el 5,9%.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha reconocido que las cosas no están del todo de bien en la economía del país debido al alza de la inflación.

A pesar de ello, ha subrayado que los precios están bajo control y que no habrá crisis en el año 2015.

En concreto, la mandataria ha asegurado que “es absurda esta historia de decir que va a explotar en 2015, es ridícula”.

Y reiteró que Brasil “es un país sólido, con estabilidad económica, una industria sofisticada, muy atractiva para el capital internacional”.

En cifras, la inflación acumula un avance del 6,15% en los últimos doce meses. Dicho guarismo se acerca peligrosamente al 6,5% que es el máximo tolerable por el Ejecutivo. En la cena, la política ha aprovechado para criticar la propuesta de un sector opositor que pide reducir la meta de inflación al 3%.

Por ahora el gobierno considera que en la segunda mitad del año la inflación se desacelerará.

Un repunte en la inflación en Brasil en marzo debido a un alza en los precios de los alimentos será temporal, aunque en la medición en 12 meses debería superar el techo del rango meta, ha dicho el ministro de Hacienda, Guido Mantega.

“La inflación no superará el umbral. Esto podría suceder en 12 meses, pero de enero a diciembre la inflación estará dentro del objetivo”, dijo Mantega.

El objetivo oficial del Gobierno es de un 4,5 por ciento para el Indice de Precios al Consumidor Amplio (IPCA), con un margen de tolerancia de más o menos dos puntos porcentuales.

Brasil vivió unos traumáticos años 80 a causa de la hiperinflación que no fue derrotada hasta que Fernando Henrique Cardoso puso en marcha en 1994 el Plan Real que en línea generales mantuvo Lula da Silva durante su gobierno y legó a Dilma Rousseff.


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