“El diálogo entre Francisco y Dilma ha sido amplio y cordial y fue una ocasión propicia para que el Papa exprese, una vez más, su afecto y sus augurios para todo el pueblo brasileño”, declaró el vocero vaticano, Federico Lombardi. El encargado de las comunicaciones de la Santa Sede explicó que la cita, concluida poco después de las 20:00 de Roma, no fue de tipo político, bilateral... sino de tipo personal.

La mandataria, que antes de viajar manifestó su intención de invitar al Papa al Mundial, le obsequió una camiseta de fútbol en la que Pelé escribió: “Para el papa Francisco, con respeto y admiración”.

Y también le regaló un balón enviado por el ex jugador Ronaldo, miembro del Comité Organizador de la Copa que se inicia en junio, en el que escribió “Al papa Francisco, un gran abrazo del amigo Ronaldo”.

En tono jocoso, el Papa argentino, que es aficionado al fútbol, dijo que con esos presentes se lo estaba convidando a rezar para que Brasil gane. La presidente le pidió que por lo menos sea neutral. Por su parte, Jorge Mario Bergoglio retribuyó a la mandataria brasileña obsequiándole un medallón con la imagen del ángel de la paz.

El encuentro rubricó las buenas relaciones que ambos establecieron desde marzo de 2013, cuando se reunieron en el Vaticano, tras lo cual volvieron a encontrarse en julio, esta vez en Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud. “Es importante señalar la identificación de objetivos y propósitos. El Papa se ha focalizado en inclusión social, el combate a la pobreza” que son importantes para el gobierno brasileño, dijo el diplomático Carlos da Rocha Paranhos, en el Palacio del Planalto de Brasilia.

Rousseff y su comitiva arribaron el viernes a Roma, donde el sábado participarán en el Consistorio durante el cual el Papa designará a diecinueve cardenales, entre ellos el arzobispo de Río de Janeiro, Orani Joao Tempesta. La presencia de Rousseff en el Vaticano “es una deferencia del gobierno brasileño para con mi persona y se la agradezco mucho”, declaró este viernes el jefe de la arquidiócesis de Río.

“Pido que Dios continúe conduciendo los caminos y la vida de quienes nos gobiernan para que podamos tener días de paz, fraternidad y prosperidad para todos”, añadió el purpurado. “Muchos se preguntarán por qué la presidente realiza una visita a Roma para estar en la ceremonia de creación de un nuevo cardenal brasileño”, planteó el diplomático de Brasil Rocha Paranhos.

“No se puede olvidar que la designación del cardenal don Oraní Tempesta significa prestigio para nuestro país y refuerza la proyección de Brasil y de América Latina dentro de la Iglesia”, comentó el funcionario brasileño.