Varios casilleros con quienes conversamos indicaron que tras mudarse en los nuevos locales que fueron construidos por la Unión Europea se mejoraron las instalaciones. “La vista está mejor, está más aseado, pero falta lo más importante, que son las ventas”, señalaron.

Una de las quejas generalizadas de los casilleros fue que el nuevo local habilitado para las casillas es muy pequeño. Un casillero que pidió no ser identificado indicó que “el espacio es pequeño, pero no se puede protestar; si protestamos, los de la Municipalidad simplemente te sacan y venden a otros la casilla”, lamentó.

Muchos extranjeros

Otra de las denuncias generalizadas entre los casilleros es la adquisición de casillas por parte de brasileños y libaneses, “quienes utilizarían a prestanombres para adquirir las casillas y así dejar fuera a familias paraguayas que verdaderamente necesitan de un puesto de trabajo”, comentó un casillero muy ofuscado y que por temor a perder su casilla pide no ser identificado.

Lo cierto es que los verdaderos casilleros que están peleando diariamente por el sostén diario deben competir con brasileños y libaneses, que tienen mucho más recursos económicos y que incluso poseen varias casillas, haciendo que cada día sea más difícil poder sobrevivir, más aún ahora que las ventas cayeron en forma dramática en las últimas semanas.