En la Carta de los Obispos del Paraguay dirigida a los sacerdotes, religiosos, religiosas y a todos los cristianos, y que fue estudiada y aprobada por la 195ª Asamblea Plenaria Extraordinaria de la CEP que se realizó los días 27 y 28 de agosto pasado, le jerarquía paraguaya admitió errores y pidió perdón.
“Si se ha juzgado que se han cometido errores, pedimos la comprensión y el perdón; y junto con las observaciones correspondientes también pedimos prevalecer por encima del juicio la misericordia”, destaca una parte del comunicado.
“La actuación de algunos Obispos del Consejo Episcopal Permanente de la CEP la noche del 21 de junio se debió a la noticia recibida de un inminente derramamiento de sangre. Se quiso evitar que hubiera otro hecho delictuoso entre hermanos” expresa en otra parte la Carta de los prelados paraguayos.
Más adelante destaca que sus “limitaciones y errores, como Iglesia, por no estar atentos a la conducción de Dios en esta nuestra historia de salvación. Hemos puesto quizá el acento más en lo humano que en lo divino, haciéndosenos difícil, por momentos, el encuentro con nuestro Señor y con el Dios de la historia”, recalca
Exhortaron a todos los pastores de la Iglesia en Paraguay a seguir trabajando “con todos en la pacificación y solvencia de la comunión basada en la confianza y en el amor mutuo”.