La salida a las trabas argentinas a sus socios y vecinos podría generar una crisis que lleve a que solucionen sus diferencias comerciales a través de un tribunal del Mercosur, según sugirió el ministro de Industria uruguayo Roberto Kreimerman.

El tema también iba a ser planteado personalmente por José Mujica a Dilma Rousseff, aunque el viaje del mandatario uruguayo para encontrarse con la presidente de Brasil fue postergado a último momento.

Argentina permite que los convoyes con productos que bajan desde Paraguay circulen en grupos de hasta 30 barcazas, pero a partir de Rosario (300 km. al noroeste de Buenos Aires)  reduce esa cantidad a 16 “por razones de seguridad”. Pero ahora la cantidad será aun menor, ya que bajará a ocho.

De esta manera, el comercio pluvial de su socio del Mercosur se verá muy complicado, ya que obligará a que la mercadería quede esperando su turno mientras paga un derecho de puerto con un costo enorme.

Ante esta perspectiva, también el puerto uruguayo de Nueva Palmira se verá complicado y ha despertado más quejas de Montevideo contra Buenos Aires. “La guerra continúa”, dijo el presidente del Centro de Navegantes Mauro Baubeta al diario “El País”.

El “golpe de costos” al que se refieren navieros paraguayos y uruguayos es la obligación de dejar la carga esperando en puertos argentinos. Por esta razón, la cancillería uruguaya y el Ministerio de Transporte ya fueron contactados y esperan el resultado de las gestiones con sus pares de Buenos Aires. Las relaciones ya están en crisis porque Horacio Tettamanti, subsecretario de Transporte argentino, firmó una resolución por la que impide trasbordos en puertos uruguayos.