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Viernes 13 de Marzo del 2020
Magistrado Modesto Cano Vargas, tres décadas dedicadas a impartir justicia en la Circunscripción Judicial del Amambay
Totalmente integrado a la sociedad pedrojuanina, el juez y docente universitario Modesto Cano Vargas cumple treinta años en la delicada tarea de administrar justicia en un ámbito con problemas naturales de toda región de frontera. En una entrevista exclusiva el experimentado profesional repasa su trayectoria.
Magistrado Modesto Cano Vargas, tres décadas dedicadas a impartir justicia en la Circunscripción Judicial del Amambay
El juez y docente universitario Modesto Cano Vargas cumple treinta años en la delicada tarea de administrar justicia en Pedro Juan Caballero, un ámbito con problemas naturales de toda región de frontera. (Foto: Diego Lozano).
Fuente: elnordestino.com (reportaje completo en la edición impresa 77 del periódico mensual elnordestino.com).
Vine a la Circunscripción Judicial del Amambay después de la revolución del 89 después del golpe de Estado vine como agente fiscal y luego de seis meses ascendí a juez de primera instancia del crimen. Desde aquella fecha de 1990 soy magistrado judicial y estoy en el cargo, echando raíces también en esta comunidad formando familia, y siendo partícipe directo con todas las actividades sociales que se desarrollan, en lo deportivo especialmente. Esto es para involucrarme dentro de la comunidad, para ser parte de esta sociedad, y no resultar una persona ausente, solamente ocupando un cargo frío. Para eso se tiene que tener carácter, uno tiene que desarrollar ciertas virtudes de la personalidad, como por ejemplo ser realmente honesto, ser sincero con el amigo y demostrar eso en el ejercicio de la profesión. Es tan difícil ocupar el cargo de juez, pero he sorteado muchas pruebas, siempre con el principio de hacer cumplir la voluntad de la ley. Cuando uno hace cumplir la voluntad de la ley tiene algunos tropiezos, porque las partes litigantes saben que no primó la voluntad de otros factores exógenos, sino que realmente se hizo justicia; y eso es el sostén de mi carácter en mi carrera. Me respaldo siempre en hacer cumplir la voluntad de la ley porque en un proceso siempre hay diferentes intereses; está la voluntad de las partes, está el conocimiento personal del magistrado, y está la voluntad de la ley. Entonces yo opto en hacer cumplir lo que dice la ley, y así entonces no es para ponerme bien con nadie, sino para garantizar la seguridad jurídica, comenzó explicando su señoría Modesto Cano Vargas.

Diego Lozano: A lo mejor la ley no cambia tanto pero los tiempos sí. Los jueces tienen esa capacidad de salvarle la vida a alguien o arruinársela. Usted dice ser una persona que está relacionada con la comunidad, y de alguna manera le da esa ventaja de conocer los problemas o las cosas que pasan, y a partir de ahí impartir justicia.

Juez Modesto Cano Vargas: “Realmente es así: un juez que no conoce el sentimiento de una sociedad en donde vive, tendrá una tarea más difícil. Entiendo que existe dentro de un ámbito social el interés de una comunidad de querer vivir bien, y de tener una seguridad jurídica. La última esperanza de una sociedad es la justicia, y cuando no hay justicia, no hay democracia, no hay libertad, e impera el caos. Porque priman otros valores, ya sean de intereses políticos o económicos, que no tienen nada que ver con la administración de justicia, que es dar a cada uno lo suyo, a cada uno lo que le corresponde. Eso es lo que el magistrado debería de buscar, en todos los expedientes y en todas las cuestiones que se les presenta; buscar la verdad y aplicar correctamente la ley”.

Diego Lozano: Recientemente fue reconocido por la Corte Suprema de Justicia por su vasta trayectoria.

Juez Modesto Cano Vargas: La Corte Suprema de Justicia me ha otorgado un reconocimiento por mi labor treinta años de magistrado y cinco de funcionario público, porque he entrado como funcionario del poder judicial en el año 1984. A partir de esa fecha he recorrido todos los cargos inferiores, como dactilógrafo, ujier notificador, actuario judicial, agente fiscal, juez de primera instancia y hoy en día del Tribunal de Apelación, que es el máximo cargo al que podría aspirar personalmente. Todo eso tiene su premio y su reconocimiento, pero lo más grande para mí es tener esa tranquilidad, esa paz de la conciencia. Uno puede estar cien años también dentro de la magistratura, pero no tener la conciencia tranquila. En mi caso puedo dormir tranquilo porque nunca en mis gestiones hice un daño o con una mala intención, y mucho menos por las personas humildes y carenciadas, las personas que necesitan realmente”.

Diego Lozano: Toda su carrera como juez la viene cumpliendo en Pedro Juan Caballero, un ámbito con problemas naturales de toda región de frontera. Le tocaron casos difíciles, y sin embargo continúa en funciones, con buena aceptación en la comunidad…

Juez Modesto Cano Vargas:
Una correcta administración de justicia, eso es lo que me protege dentro de esta comunidad. A esta comunidad de Pedro Juan Caballero le debo todo lo que soy y todo el aprecio que se me da en todos los lugares, ya sea por la calle y los lugares donde concurro. Quiero manifestar también que soy socio vitalicio del Club Social Amambay, que es el club más importante de esta comunidad. No soy nativo de Pedro Juan Caballero, y  eso significa que he cumplido las reglas y se me ha entregado el reconocimiento de ser socio vitalicio, que para mí es el título más grande que como persona puedo conseguir de esta sociedad. Logré ser reconocido como un socio vitalicio y estoy agradecido por ello”.

Diego Lozano: Del mismo modo viene cumpliendo una destacada carrera como docente universitario. Muchos profesionales aprendieron de sus enseñanzas.

Soy docente de la Universidad Nacional, de la Facultad de Derecho desde que se inicio en el año 1994. Mi materia es Derecho Penal I. Soy profesor desde la primera promoción. Hoy soy asistente de la materia Derecho Penal I. Para ser docente y estar al frente de un alumnado uno  tiene que tener preparación. Primero tiene que  conocer su materia y convivir ella; debe tener la capacidad de hacerse entender por los alumnos y no recitar como un disco de memoria. Hay que tener didáctica, e interactuar con los alumnos y tener capacidad.En mi caso particular cuando se iba traer la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional fui invitado por la Junta Municipal de Pedro Juan Caballero para asistir a las reuniones si es que me interesaba ser parte del plantel. Elegí libremente cual es la materia que a mí me gustaría enseñar. En ese momento ya era juez del crimen de la Circunscripción Judicial del Amambay. Tenía esa preparación personal, esa experiencia personal, que era el desarrollo de los puntos de la materia específica de mi materia, que es el Derecho Penal. Era mi área de la Magistratura, porque era Juez del Crimen. Por eso hablo por mí; no puedo hablar de la experiencia de otras personas. Eso ayudo bastante; no fui un alumno recién recibido que se preparó para enseñar, ya estaba ejerciendo mi profesión. Mucho antes me había recibido como abogado, además estaba ejerciendo la magistratura. Y ahí fui nombrado en la Universidad Nacional como docente de la materia Derecho Penal I”.  


“Quiero agradecer esta visita tan importante para mí, y decir que siempre me llega el ejemplar de elnordestino.com y decir que usted me conoce perfectamente quien soy y me alegra muchísimo que tenga la visita de una persona también preocupada por el avance de nuestra comunidad que busca el progreso, porque siempre leo y no encuentro ni una maldad en su medio y ni una falsa noticia al contrario medianamente lo que corresponde y lo que usted está enfocando es correcto”.

(Reportaje completo en la edición impresa 77 del periódico mensual elnordestino.com).

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