el nordestino
Thursday, 25 de April de 2024   22:16 
facebook twitter youtube

Domingo 28 de Diciembre del 2014
Uno de los médicos más conocidos en Pedro Juan Caballero deja la actividad profesional tras cincuenta y siete años de servicio
El Dr. Justo Díaz de Vivar, uno de los médicos más conocidos en Pedro Juan Caballero, tras 57 años de ejercer la profesión como especialista en ginecología y obstetricia, dejó de atender a sus pacientes debido a una enfermedad que en los últimos años ha hecho que ya le sea difícil trabajar.
Uno de los médicos más conocidos en Pedro Juan Caballero deja la actividad profesional tras cincuenta y siete años de servicio
Foto: Diario ABC Color.
Fuente: Diario ABC Color.
El galeno fue partícipe del progreso de este departamento, donde ayudó a varias instituciones en pos del desarrollo del Amambay.

El Dr. Justo Díaz de Vivar nació en Asunción en 1928. Sus estudios secundarios los cursó en el colegio San José y en su juventud se destacó en el deporte, llegando a militar en el club Olimpia, con el que se consagró campeón en 1953.

“Me tocó levantar la copa de campeón como capitán del equipo”, manifestó Díaz de Vivar.

Ese mismo año se recibió como médico en la Universidad Nacional (UNA). Su curso de posgrado en Ginecología y Obstetricia lo realizó en la Maternidad de Asunción. Durante su tiempo de estudiante fue presidente de la Federación de estudiantes Universitarios del Paraguay, representando a Paraguay en la Asamblea Mundial realizada en París (Francia) y Estambul (Turquía) en 1952.

Su llegada a la zona

En 1954 llega a Pedro Juan Caballero, contratado por la empresa CAFÉ, una firma que en la época tenía en las afueras de esta ciudad miles de hectáreas de plantaciones de café y con miles de trabajadores de todo el país que llegaban para trabajar en las plantaciones de la firma.

Díaz de Vivar tenía mucho trabajo y muchas veces ponía a duras pruebas sus conocimientos médicos, ya que no se disponía de los elementos y avances que se poseen actualmente.

“La empresa tenía cuatro mil funcionarios y dependiendo de la actividad a veces subía a cuatro mil quinientos”, recuerda el galeno. Indicó que cuando los pacientes necesitaban de una cirugía, “los traíamos de cualquier forma a la ciudad, en donde existía apenas una clínica, y operábamos a los pacientes”, dijo el médico.

El médico asunceno rápidamente se interesó por la nueva ciudad que emergía en la época. Se casó con Perlita Cogorno, miembro de una tradicional familia de esta frontera y de inmediato brindó su ayuda, no solo de médico, sino también en otras actividades sociales.

Su legado en la ciudad

El galeno fue uno de los fundadores del Club de Leones de esta ciudad y cuya presidencia lo ejerció por varios años. Durante este tiempo se construyeron dos escuelas que perduran hasta la fecha y alberga a muchos estudiantes pedrojuaninos. Fue uno de los mentores de la propuesta de descentralización, surgida en el Amambay y presentada en Asamblea Constituyente.

Incursionó en el deporte y fue jugador del Club Aquidabán, el decano del fútbol pedrojuanino. También colaboró de cerca para el techado del estadio municipal de esta ciudad, conocida como cuna del salonismo paraguayo.

Fundó una de las más tradicionales clínicas pedrojuaninas, la Clínica Díaz de Vivar, donde ejerció el servicio médico como director, y más tarde tuvo el acompañamiento en la tarea de su hijo Juan Carlos, que también es médico y se especializó en ginecoobstetricia. Ahora, el experimentado galeno ya dejó, por problemas de salud, la posta a su hijo en la dirección de la clínica.

“Son más de 57 años de profesión y es hora que los jóvenes tomen la posta”, dice, mientras sonríe y mira a su esposa, que le acompaña en todo momento.

El Dr. Díaz de Vivar tiene la satisfacción de dejar la clínica que fundó en manos de una nueva generación, su hijo Juan Carlos, a quien luego se unirá su nieto Lucas Díaz de Vivar, aún estudiante de medicina.


Comentarios
nordestinos
Publicidad
nordestinos
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
nordestinos
Publicidad
Publicidad