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Martes 9 de Marzo de 2021
Para Compartir: Testimonio personal sobre la experiencia de haber superado las adicciones al alcohol y a otras drogas pesadas
El hermano Hugo Ramón Paná pudo superar el infierno de las adicciones al alcohol y las drogas pesadas con la apoyo de su esposa, de la Comunidad Sagrada Familia y de la Pastoral de la Sobriedad. Actualmente su vida cambió y comparte voluntariamente su testimonio para ayudar al prójimo, del modo que él mismo recibió socorro.
Orillando los cincuenta años de edad, el hermano Hugo Ramón Paná exhibe sus manos castigadas por el rigor de su profesión de albañil. Su estado físico general es el de una persona delgada, que visiblemente padeció el infierno de las adicciones. (Foto: Diego Lozano para Ideas del Norte Consultora Publicitaria).
Fuente: elnordestino.com (reportaje y entrevista exclusivos de Diego Lozano).
El hermano Hugo Ramón Paná trabaja de albañil, y a pesar de que a veces no hay demanda de sus servicios o hay mal tiempo, gana lo suficiente para ser el sostén de una familia que alguna vez maltrató, compuesta por su abnegada esposa y sus hijos.
Tampoco le sobra mucho; así todo reserva parte de su tiempo libre para colaborar como voluntario en los retiros espirituales de la Comunidad Sagrada Familia que viene influyendo para bien en la vida de cientos de jóvenes y adultos de la frontera.
El hermano Hugo forma parte de la Pastoral de la Sobriedad, que desde hace más de siete años trabaja para rehabilitar física, psíquica y emocionalmente a personas que parecían perdidas por las adicciones al alcohol y a las drogas.
Recibió el milagro de Dios el día que recuperó la libertad. “Al mediodía me llevaron a declarar. Al regresar a la penitenciaría, un compañero me comentó que había escuchado que me iban a matar cuando cerraran el pabellón. A las tres de la tarde, me volvieron a llevar a tribunales. Al volver a la cárcel me entregaron un papel donde decía que volvía a ser hombre libre. Enseguida me di cuenta que Dios me estaba dando otra oportunidad”, nos comentó el hermano Hugo.
Tampoco le sobra mucho; así todo reserva parte de su tiempo libre para colaborar como voluntario en los retiros espirituales de la Comunidad Sagrada Familia que viene influyendo para bien en la vida de cientos de jóvenes y adultos de la frontera.
Recibió el milagro de Dios el día que recuperó la libertad. “Al mediodía me llevaron a declarar. Al regresar a la penitenciaría, un compañero me comentó que había escuchado que me iban a matar cuando cerraran el pabellón. A las tres de la tarde, me volvieron a llevar a tribunales. Al volver a la cárcel me entregaron un papel donde decía que volvía a ser hombre libre. Enseguida me di cuenta que Dios me estaba dando otra oportunidad”, nos comentó el hermano Hugo.
El hermano Hugo Ramón Pana pudo superar el infierno de las adicciones al alcohol y las drogas pesadas con la apoyo de su esposa, de la Comunidad Sagrada Familia y de la Pastoral de la Sobriedad. (Foto: Diego Lozano para Ideas del Norte Consultora Publicitaria).
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