Desde Junio del año pasado, en pleno comienzo de la pandemia del Covid19 en Paraguay, con las restricciones de trabajo y la lógica crisis laboral, algunas firmas comerciales dedicadas al rubro electrodomésticos se dedican sistemáticamente a reclamar de forma desmedida vía mensaje de texto, telefónica o Whatsapp a los clientes en mora.

Gran cantidad de quejas proliferan en las diversas redes sociales. Como es de conocimiento público, una gran cantidad de comerciantes y funcionarios han experimentado disminución de sus ingresos, incluso esto ha derivado en cierre de negocios y suspensiones o despidos laborales.

Poco les importa a la fecha a estas firmas comerciales, que además de llevar muchos meses de abusar con los intereses, maltratando a sus clientes con los consecuentes daños para la salud e integridad física de los mismos (que incluso han derivado en un gran aumento de pacientes con trastornos psicológicos y psiquiátricos, especialmente depresión, ansiedad y hasta suicidios), ahora se desesperan y ocupan espacios públicos que normalmente son utilizados para pequeños vendedores informales que viven el día a día, tal vez algunos de sus deudores.

Sorprende que una empresa exitosa, líder en el rubro de electrodomésticos en todo el país, con 40 años en el mercado, y 56 sucursales en las principales ciudades de Paraguay, no tenga en cuenta las ordenanzas municipales y sobre todo los derechos de su personal, que es destinado a trabajar en condiciones fuera de las normas básicas, como ser la provisión de agua o un baño para utilizar cada vez que su organismo lo requiera.