Pongamos en perspectiva y demos contexto a esta información. Pensar en una nueva Nintendo Switch no solo tiene sentido, sino que además sería algo positivo. El lanzamiento de Nintendo Switch Lite fue un movimiento muy acertado por parte de la compañía japonesa, ya que dio la opción, a todos aquellos que tenían un presupuesto ajustado, de hacerse con una versión centrada en el modo portátil y contribuyó a mejorar los ingresos de Nintendo derivados de la venta de hardware.


Pues muy sencillo, como las consolas tradicionales “de toda la vida”, un sistema integrado en un chasis con el diseño que Nintendo estime conveniente, sin pantalla ni sistema de control integrado y pensada para ser utilizada únicamente al conectarse a una televisión o a un monitor.

Al eliminar el sistema de control, la pantalla integrada y otros elementos necesarios para el modo portátil, como la batería, por ejemplo, esa nueva Nintendo Switch podría ser mucho más económica. La eliminación de la pantalla y de todos esos elementos podría convertir a esa nueva Nintendo Switch en un sistema con un coste aproximado de 150 euros, un precio muy atractivo y muy accesible que animaría a más de uno a comprarla. Debo decir que tendría mucho sentido, y creo que podría acabar siendo todo un éxito de ventas.