El recorrido  en esta segunda edición tuvo un agregado de cien metros más con relación al año pasado.

Una gran cantidad de personas iniciaron el recorrido, y otras más se fueron sumando al paso de la multitud. El propio obispo de la diócesis de la Santísima Concepción del Paraguay, monseñor Miguel Ángel Cabello Almada, encabezó la procesión de la Virgen Dolorosa.

Las estaciones de San Antonio y San Lucas iban cantando al paso de los fieles, en tanto que miles de candiles y antorchas iban iluminando el recorrido, que llegó hasta frente a la catedral local. Ya dentro de la plaza, y en las cercanías, otra importante cantidad de personas aguardaban la llegada de la procesión.

Posteriormente, se escenificó la decimotercera estación del vía crucis, el momento en que Jesús es bajado de la cruz y su cuerpo es entregado a su madre. El cuadro fue presentado por el elenco teatral Luz Propia, junto a la academia Elina Corrales.

Finalmente, se realizó la procesión del silencio alrededor de la plaza con el cuerpo yacente de Cristo.