La presencia masiva de compradores el primer día, miércoles 7, le dio un gran movimiento al sector comercial, como no se veía desde hace al menos dos años. Esto promovió nuevas esperanzas al sector comercial, muy resentido últimamente por las bajas ventas que obligaron a más de un centenar de comercios a cerrar sus puertas y a otros a reducir la cantidad de funcionarios, generando de esa forma una grave crisis regional.   

Muchos visitantes, especialmente los días miércoles 7 y sábado 10, le dieron al comercio local y fronterizo un rostro diferente. Prácticamente todos los comerciantes reportaron buenas ventas, que de cierta forma oxigenaron la economía. Esto implica un futuro más promisorio para el sector, porque se demostró que el comprador brasileño volvió a tener poder adquisitivo. En la edición anterior, aún con los mismos descuentos, no se tuvo tan masiva participación.

En lo que respecta al consumidor local o venido desde otras ciudades del país, en especial de la zona norte, el volumen de ventas registrado en los comercios fue calificado de altamente positivo, al igual que el en la vecina ciudad de Ponta Porã.

De acuerdo a estos datos, sin contar aún con un informe oficial, se podría señalar  que en los días que duró el Black Friday, más de cuarenta mil personas han pasado por esta frontera, con mayor énfasis los días miércoles 7 y sábado 10, dejando un ingreso que podría orillar los doce millones de dólares, a razón de trescientos dólares por persona.