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Domingo 20 de Marzo del 2016
El Canto de Los Estacioneros en la ciudad de Concepción recordando la pasión y muerte de Jesucristo
Para vivenciar mejor la Semana Santa en Paraguay, compartimos una entrevista que realizamos junto al periodista Elvio Alvarenga a Los Estacioneros de la ciudad de Concepción hace siete años, donde los protagonistas explican sus vivencias durante la actividad.
El Canto de Los Estacioneros en la ciudad de Concepción recordando la pasión y muerte de Jesucristo
El periodista Elvio Alvarenga y Los Estacioneros en el cementerio de la ciudad de Concepción duarnte la Semana Santa del año 2009. (Foto: Diego Lozano).
Fuente: elnordestino.com (edición impresa).
Los Estacioneros, llamados también Pasioneros en el Guairá y su zona de influencia, son grupos de hombres y mujeres que, con un repertorio de canciones muy antiguas transmitidas de generación en generación, con versos no ya siempre coherentes, entonan tristes melodías, sobre todo en la Semana Santa, recordando aspectos de la pasión y muerte de Jesucristo.

Reciben su nombre por el hecho de que recorren las catorce estaciones del Calvario para cantar en cada una de ellas. En Ñemby, donde está la mayor cantidad de grupos, Lambaré, algunos barrios de Asunción y otros pocos lugares se encuentran estos portadores vivos de la cultura popular.


La señora Luisa Ramona Domínguez de Calonga nos habló en Abril del año 2009  de Los Estacioneros en la ciudad de Concepción

“Tenemos varias canciones que cantamos, depende del género de la persona a quien se dirige. Por ejemplo a las mujeres le cantamos Adiós Reina del Cielo, y para los papás  Volver Rebeldes Hijos. Ya pasaron cincuenta años que canto, primero con mis padres. Después murió mi papá y continué con mi mamá; ahora canto  con mi marido y mis hijos”.

“Lo que más siento es que no veo más bien y no voy a poder cantar más;  y no sé si voy a poder continuar. Al monseñor le gustan mucho nuestras canciones, porque nosotros no cambiamos su ritmo y cantamos en guaraní. Nuestra grabación se pasa en la catedral de Concepción, cuando se realiza el Vía Crucis nos subimos en el escenario a cantar”.

“Salimos desde las ocho de la noche hasta las doce el día Jueves Santo para cantar casa por casa, donde se colocan los calvarios, esa es nuestra tradición. Hay casas que preparan sus calvarios y nos abren sus puertas para cantar enfrente a cada casa; cada año hay menos familias que se adhieren a esto. En años anteriores habían casas a las que no pudimos llegar porque eran ya muchas”.

“En el cementerio la gente nos pide para cantar frente al panteón de sus familiares difuntos, y a veces ya no podemos más porque es muy pesado. Y  porque nuestras gargantas ya no dan más; son muchos los muertos y somos muy pocos los estacioneros que continuamos con esta tradición”.

“Somos trece personas que conformamos este grupo, y hasta ahí porque si somos muchos ya nos estorbamos. Con mi marido hacemos la primera voz, que se le dice pie, y los demás hacen el coro”.

“El Viernes Santo estamos todo el día cantando en el cementerio hasta que nos dé la voz. Tenemos mucha gente que nos pide que cantemos”.

“Quiero dar un mensaje, principalmente a la juventud, para que continúen esto que nosotros estamos haciendo, porque hace bien a la gente. Dios también nos escucha, porque dicen que si clamamos a voces nos puede escuchar mejor el señor Jesucristo. Porque si hacemos a solas, ya Dios no nos escucha. Y nos damos cuenta que ya no nos escucha porque cada día que pasa esta peor todo, hay mucha necesidad, muchos males”.

“Cuando cantamos frente a cada tumba, estamos muy contentos, porque sabemos que su espíritu esta cerca de nosotros y están felices por escucharnos. También sus familiares se ponen muy contentos cuando les cantamos”.


También la señora Bernarda Pereira viuda de Domínguez nos cuenta que tiene setenta y ocho años. Desde que tenía veinticinco años canta, y siempre en familia. Canta con tías y tíos, hermanos, primos y luego siguió con su marido Santiago Domínguez, que hace veinticuatro años que falleció.

“Hoy día sólo se junta la gente por diversión, no por vocación para cantar. Ya no lo toman a serio el tema de la Semana Santa. Antes se respetaban mucho los días santos. El monseñor dijo que antes Los Estacioneros iban a cantar casa por casa y se les daba caña, pero en nuestro grupo eso no es así. Nosotros tenemos unas reglas, hacemos nuestro calvario cada año y siempre nos reciben bien; a todos les gusta”.

“Tenemos nuestro uniforme que cada uno lo mandamos a hacer. Voy a cantar hasta que mi cuerpo diga basta”.


(Entrevista de Elvio Alvarenga; Traducción y transcripción de Fátima Rodríguez Lozano).

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