Durante toda la novena, que empezó el 29 de noviembre, se notó la participación masiva de fieles devotos de María en el novenario, misas, caminatas y la tradicional serenata.

Como en años anteriores, miles de fieles acompañaron la celebración en la explanada donde se encuentra la imagen de la Virgencita Milagrosa de Caacupé.

Los fieles devotos de la Virgen de Caacupé amanecieron cantando y rezando tras la serenata realizada durante toda la noche.

A la media noche hubo quema de fuegos de artificios. Muchos devotos de la Virgen llegaron de diferentes puntos de las colonias, barrios y ciudades vecinas para pagar su promesa a la madre de todos los paraguayos.

A pesar de la lluvia al principio de la noche, los fieles devotos de María permanecieron en sus lugares cantando y alabando a Dios. Gran cantidad de artistas profesionales y amateurs regionales participaron de la serenata, amenizando la jornada.

Monseñor Miguel Ángel Cabello Almada reclamó acerca de la actuación de jueces y fiscales en Pedro Juan Caballero

El Monseñor Miguel Ángel Cabello Almada, Obispo de la Diócesis de Concepción y Amambay presidió la Santa Misa de la noche del domingo siete.

Durante la misma realizó reclamos a los responsables de impartir justicia, afirmando “que el ejercicio de la justicia no es fácil y es necesario ser personalmente veraz en las palabras, obras, comportamiento y en la vida”.
El prelado explicó que “son todavía muchos los cuestionamientos que el pueblo paraguayo levanta sobre el sistema y el ejercicio”, pues sin una justicia genuina no es posible la existencia del orden en los pueblos ni el progreso ni la paz.

Monseñor pidió que 'los buenos deben ser astutos para realizar el bien, así como los malos son astutos para realizar el mal'.

El Obispo resaltó que los jueces tienen la responsabilidad de indagar y descubrir la verdad en todo momento y hacerla pública a través de un veredicto.

“El grave problema es de qué verdad se trata, de la objetiva o de la subjetiva, puesto que la objetiva es lo que realmente es y la subjetiva es la que yo percibo y juzgo que es. Lo correcto es que la subjetiva coincida con la objetiva, pero lo real es que no siempre sucede así”, afirmó.

“Las realidades y los hechos son como son y acomodarlos a nuestros deseos, intereses, caprichos o prejuicios es traicionarlos. Por eso los viles y los venales no están llamados a formar parte de la justicia”.

Finalmente, el Obispo exhortó a los magistrados a actuar con equidad en todos los casos, sin importar las personas que figuren en los expedientes.

“Una persona justa es aquella que práctica y hace justicia, mientras que ajustado es aquel que es lo que debe ser y actúa como debe actuar”, concluyó Monseñor Cabello.