Cuando aún era primado de la Iglesia Católica argentina, el hoy sumo pontífice, encabezó una misa en honor a la Virgen de Caacupé, cuya imagen recibió y se persignó a su llegada a la catedral.
En su homilía, Bergoglio recordó el enorme afecto y devoción que le tiene el pueblo paraguayo. “Ella es paraguaya, de Caacupé. No hay paraguayo que no la quiera”, recordó el flamante sucesor del apóstol Pedro.
Asimismo, recordó que por su coraje para enfrentar la injusticia y hacer frente a los intereses internacionales, “en toda América, la mujer paraguaya es la mujer más gloriosa”, destacó Bergoglio.